El sistema airbag está concebido para proteger  el cuello y tórax, pero ¿Qué ocurre con nuestros ojos?

La velocidad a la que se expande el airbag va a provocar más afectaciones oculares graves que incluso el golpe del conductor con este mecanismo.

Ello es debido a que el ácido sódico que contiene entra en combustión muy rápidamente para inflar 60 litros de aire, provocando una liberación gases tóxicos que pueden quemar la córnea en diferentes grados, y algunas de esas partículas liberadas quedan tatuadas en la córnea haciendo  imposible su eliminación. Los usuarios de gafas, tienen un problema añadido ya que éstas salen impulsadas  y provocan lesiones corneales, hemorragias, rotura de cristalino, desprendimientos de retina y perforación ocular entre otras.

La ONCE ha hecho público un estudio reciente, que de los 4.000 afiliados que la componen, los accidentes de tráfico representan la segunda causa de ceguera, solo lo supera en cifras quienes padecen una enfermedad ocular.